SU HISTORIA

“Puedes cerrar los ojos a la realidad pero no a los recuerdos” (Stanislaw Jerzy Lec)

Las Tres Campanas es un edificio emblemático de Badajoz construido en 1899, situado en la plazuela de la Soledad, en pleno casco histórico badajocense. Edificio que acogió hasta hace escasos años la más antigua y emblemática de las jugueterías de Badajoz, que tenía el mismo nombre que el inmueble. Sus creadores fueron el ingeniero militar Curro Franco y el maestro de obras Adel Pinna, un binomio perfecto que sembró de edificios singulares el Badajoz de su época, obras de gran porte plenas de buen gusto y originalidad como La Giralda, la casa Álvarez o el Garaje Plá.

El edificio es una joya arquitectónica que data del año 1899 y ha sido testigo de muchos acontecimientos a lo largo de los años. Se encuentra en pleno corazón de la ciudad y ha sido un punto de referencia importante para la comunidad.

CONSTRUCCIÓN Y GEOMETRÍA

Destaca por ser un prodigio de técnica y buena construcción y un admirable control de la geometría de la obra. Hemos de reseñar: su cubierta de terraza "a la madrileña", estucos en paredes y techos esgrafiados únicos y de inestimable valor, azulejería modernista y desagües en gres de gran valor etnográfico y haberse convertido en todo un referente innovador en instalaciones y dotaciones tecnológicas.

HACIENDO HISTORIA

Las Tres Campanas acogió la primera instalación de ascensores en Badajoz. Se trata de ascensor y montacargas de 5 paradas y 16 m. de recorrido, marca C. Bloch, empresa que estuvo ubicada en el País Vasco y que fabricaba con licencia de la Societé Anonyme Arsag, Seebeach - Zurich.

Los camerines de ambos ascensores son de madera, con cristaleras y asientos que discurren por guías también de madera, y que no se han cambiado desde su puesta en marcha.
Otra instalación singular es el reloj al que hay que dar cuerda todos los días, fabricado por el pacense P. Pérez en 1917, y que posee un ingenioso sistema de transmisión mecánica de la hora a otro reloj situado a gran distancia y en el centro geométrico del edificio.

Gracias a la exquisita sensibilidad conservadora de sus sucesivos propietarios hoy disfrutamos de una zona de cafetería-cervecería-restaurante donde podemos encontrar elementos como las mamparas de los despachos, estanterías, encimeras y mostradores de la zona de ventas decorados con marquetería en madera noble policromada de inspiración naturalista, que fueron realizadas por la firma Francisco Ramallo Figueredo - Ramón Salas, de Badajoz.

PATRIMONIO DE LA CIUDAD

En 1912 sufrió un incendio, y se rehabilitó seis años después con estilo modernista. Hoy día se mantiene como quedó tras la rehabilitación, con proyecto del arquitecto Ventura Vaca, decoración interior a Ramón Cardenal y dirección de obra a Adel Pinna.

Su interior, en hierro y madera, constituye una de las más singulares muestras de decorativismo interiorista y un patrimonio único en Badajoz.

El industrial pacense Luis Ramallo fue quien encargó la construir este edificio para convertirlo en un establecimiento comercial, en el que se vendían alimentos, telas, paquetería y entre los que destacaba su famosa juguetería. Su nombre se lo debe a las tres campanas que rematan la fachada. Hace algunos años la juguetería se trasladó de su centenario enclave y la Caja Rural de Extremadura compró el edificio para convertirlo en su sede central. Este cambio de sede nunca llegó a materializarse.

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